PRODUCCIÓN LITERARIA DE LA GENERACIÓN DECAPITADA

 Medardo Ángel Silva

(1898 - 1919)

Ecuatoriano - Guayaquil

"Se va con algo mío la tarde que se aleja"

Se va con algo mío la tarde que se aleja;
mi dolor de vivir es un dolor de amar;
y al son de la garúa, en la antigua calleja,
me invade un infinito deseo de llorar.

Que son cosas de niño, me dices; quién me diera
tener una perenne inconsciencia infantil;
ser del reino del día y de la primavera,
del ruiseñor que canta y del alba de Abril.

¡Ah, ser pueril, ser puro, ser canoro, ser suave;-
trino, perfume o canto, crepúsculo o aurora-
como la flor que aroma la vida y no lo sabe,
como el astro que alumbra las noches y lo ignora!





Humberto Fierro


(1890 - 1929)
Ecuatoriano - Quito

"RETORNO"

Llegó de lejano país
El compañero,
Que vimos partir del país
Un mes de Enero.

Conversa afectuoso y está
Encanecido,
Al lado del piano, que está
Dado al olvido.

¿Por qué su sonrisa infeliz
Al sol que muere?
Nos calla que ha sido infeliz,
¿Ya no nos quiere...?

El viento deshoja el jardín
Hoy mustio y viejo,
Y él ve amarillear el jardín
En el espejo.




Arturo Borja

(1892 - 1912)
Ecuatoriano - Quito

"MADRE LOCURA"

¡Madre Locura! Quiero ponerme tus caretas.
Quiero en tus cascabeles beber la incoherencia,
y al son de las sonajas y de las panderetas
frivolizar la vida con divina inconsciencia.

¡Madre Locura! Dame la sardónica gracia
de las peroraciones y las palabras rotas.
Tus hijos pertenecen a la alta aristocracia
de la risa que llora, danzando alegres jotas.

Sólo amargura traje del país de Citeres...
Sé que la vida es dura, y sé que los placeres
son libélulas vanas, son bostezos, son tedio...

Y por esto, Locura, yo anhelo tu remedio,
que disipa tristezas, borra melancolías,
y puebla los espíritus de olvido y alegrías...




Ernesto Noboa y Caamaño

(1889 - 1927)
Ecuatoriano - Guayaquil

"NOCTURNO"

El jardín está inmóvil bajo el beso de plata
de la luna que riela sobre las mustias flores
que escuchan vagos ecos de una tenue sonata
que solloza el recuerdo de unos tristes amores.

No se rizan las aguas de la verde laguna,
no se mueven las hojas del mezquino frondaje;
mis ojos están ciegos de claridad de luna
y mi alma es un pedazo de alma del paisaje.

Las áureas notas ciegas de la sonata triste
producen en mi alma esa divagación
que precede al olvido de todo cuanto existe
para escuchar la eterna verdad del corazón.

Y el corazón me dice: “Escucha la elegía
de mi otoño que llora la ausente primavera;
murieron los rosales que en mi jardín había,
y sobre mis escombros solloza una quimera”.

Y siento la nostalgia de lo que fue. El recuerdo
de pretéritas dichas lejanas y brumosas
y las angustias de hoy en que solo me pierdo
por esto la senda que hollan cadáveres de rosas.

Una cabeza rubia cerca de mí; una mano
delicada y nerviosa temblando entre las mías;
un ramo abandonado sobre el negro piano
guardador de inefables secretas armonías.

El tenue claro-oscuro del salón... Las ternezas
de la postrera noche de risas y cantares;
después... adioses, besos, suspiros y promesas,
un barco amarillento perdiéndose en los mares...

Hoy mancho con la sombra de mi melancolía
este blanco sendero que perfumó tu huella:
¡cuán lejos de tu vida va pasando la mía
con la desesperanza de no encontrarte en ella!

Por estas mismas sendas nuestras sombras macabras
tal vez mañana crucen noctívagas y errantes;
y entonces sólo el viento oirá nuestras palabras,
como en aquel Coloquio de las Fiestas Galantes.

El jardín viejo y mustio bajo el beso de plata
de la luna que riela como manto de olvido,
escuchando las notas de esta triste sonata,
por soñar con tu sombra, se ha quedado dormido...




Luz Elisa Borja

(1903 - 1927)
Ecuatoriana - Riobamba

"Quiero llorar"

Quiero llorar, porque mi alma está triste,
porque el dolor la hiere sin cesar;
y en la noche callada y en la siesta
quiero llorar, quiero llorar.

Quiero llorar, porque la pena duerme
en el fondo de mi alma sin cesar;
y en la noche callada y en la siesta
quiero llorar, quiero llorar.

Quiero llorar, porque mi corazón siente
una angustia que lo va a ahogar;
y en la noche callada y en la siesta
quiero llorar, quiero llorar.

Quiero llorar, porque la vida es una
mentira que me engaña sin cesar;
y en la noche callada y en la siesta
quiero llorar, quiero llorar.












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